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viernes, 31 de julio de 2009

Impunidad mediática de Peña Nieto: Jenaro Villamil

por Jorge Bravo

Toluca, Edo de Mex. Tres mil quinientos millones de pesos habría invertido el gobierno del Estado de México para promover, en cuatro años, la imagen y acciones del mandatario Enrique Peña Nieto, reveló el periodista Jenaro Villamil, durante la presentación de su libro Si yo fuera presidente. El reality show de Peña Nieto (Grijalbo), en el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), en Toluca, la capital mexiquense.

En pleno bastión priísta y peñista, y acompañado de Rubén Islas, Horacio Duarte y Bernardo Barranco, el reportero del semanario Proceso dio a conocer cifras del contrato que signaron el gobernador mexiquense y Televisa. Algunos de los datos que dio a conocer se refieren, durante el bienio 2005-2006, a 180 notas informativas en los noticieros por un monto superior a 305 millones de pesos (mdp); tres reportajes en la sección “Los reporteros” del Noticiero por 5.7 mdp; seis entrevistas en varios espacios informativos por un total de 42.8 mdp y tres programas en Zona Abierta, conducido por Héctor Aguilar Camín, equivalentes a 10 mdp.

Además de una “estrategia integral de comunicación” que incluye inserciones en revistas de Grupo Televisa, diseño de identificación gráfica, entrenamiento a voceros, costos de operación, asesoría permanente, producción de spots y transmisión de los mismos por los canales de la televisora de Emilio Azcárraga Jean.

Villamil explicó que el acuerdo entre Televisa y Peña Nieto es una simulación mercantil, un fraude a las audiencias –porque no se informa que son notas pagadas– y, en última instancia, corrupción y falta de rendición de cuentas porque ni la televisora ni la entidad han dado a conocer los contratos por concepto de comunicación social.

El colaborador de Zócalo celebró que su libro haya generado un debate respecto de la problemática que representa “la impunidad mediática como definición del quehacer político con base en malas prácticas”.

El también autor de La televisión que nos gobierna reveló que el caso Peña Nieto, convertido en un “fetiche mediático” por Televisa, es un ensayo de un modelo de exposición en los medios que ha sido extrapolado a otras entidades del país como Nuevo León, para “imponer candidatos, consensos y legitimidades”.

Advirtió que lo más grave no es la exhibición a nivel nacional del mandatario mexiquense (que de ser un desconocido pasó a ser uno de los políticos más visibles en la televisión) o la apuesta política y económica de Televisa hacia él, sino el uso opaco de los recursos públicos para favorecer a un “candidato de facto” rumbo a la presidencia de la República, cuando todavía le restan dos años para concluir su sexenio.

Grupos de poder

El periodista Rubén Islas, quien junto con Jenaro Villamil comenzó a documentar el exceso en los gastos de campaña del entonces candidato Enrique Peña Nieto a la gubernatura del Estado de México en 2005, destacó el trabajo de investigación que dio cuerpo a Si yo fuera presidente…, “un documento que sirve para construir ciudadanía”.

Abundó en la formación de dinastías políticas en el Estado de México, particularmente el Grupo Atlacomulco, comandado actualmente por el ex gobernador Alfredo del Mazo, y al cual pertenece Peña Nieto.

Se refirió a la complicidad de los grupos políticos y los medios de comunicación y señaló que el Grupo Atlacomulco, fundado por Isidro Fabela y controlado más tarde por Carlos Hank González, ha infiltrado las esferas políticas, económicas y sociales de la entidad, desde partidos, sindicatos, universidades, empresas y organizaciones sociales.

Violar la ley

Horacio Duarte Olivares, representante del PRD ante el IEEM y político mexiquense, dijo que el libro de Villamil es una aportación a la cultura política estatal y llamó a los periodistas a ser incómodos al poder. Es, además, un escrutinio y sistematización de las acciones de un gobernante (Peña Nieto) “que permanentemente viola la ley”, en lo que los abogados llaman un “delito continuado”.

Calificó al gobernador del Estado de México como un personaje carente de ideas, sin claridad ideológica, que considera más importante el dinero que la confrontación de puntos de vista. Aseguró que en su “alianza coyuntural” con Televisa es la televisora, y no el mandatario, la que tiene más poder en el equilibrio de fuerzas.

Señaló que la reforma electoral de 2007 se convirtió en letra muerta porque se violó la constitución y no pudo evitar la promoción de la imagen de Peña Nieto. Dijo que la reforma debe ponerse a discusión en el Congreso, de lo contrario –acotó– “será una reforma fallida”.

Duarte Olivares también reveló un pacto tripartido hacia las elecciones de 2012 entre Enrique Peña Nieto, Televisa y el Partido Verde Ecologista de México, “por si el senador Manlio Fabio Beltrones se pone difícil”. Informó que el senador Manuel Velasco, del Partido Verde, manejó los recursos en el Estado de México durante el pasado proceso electoral. “Lo que buscan es el partido joven para el candidato joven”, anotó.

El ex presidente municipal de Texcoco llamó a Peña Nieto a explicar y esclarecer el manejo que hizo de las finanzas públicas durante la gestión de su predecesor, Arturo Montiel. Reflejo de la políticaEl analista Bernardo Barranco, consejero electoral del IEEM, explicó que el libro reúne la investigación de un experto en medios de comunicación y a un personaje actual como lo es Peña Nieto.

Advirtió sobre el ascenso de la relación entre los medios y el poder, que no se reduce al gobernador del Estado de México, sino a la subordinación general de la clase política al poder mediático.

Explicó que no es un fenómeno exclusivo de México, sino un reflejo de la forma de hacer política y construir el poder que también ocurre en otros países como Italia o Chile.

El de Peña Nieto es un caso que evidencia la alianza entre un actor político y una televisora rumbo al 2012. “Televisa es corresponsable de una trayectoria política, en una inversión económica y política”. Señaló que la novedad es que se trata de una opción a largo plazo para conducir a un personaje al poder. Consideró a Peña Nieto un producto mediático y se preguntó por cuánto tiempo podrá sostenerse ese producto sin que se desgaste, sin que cometa errores y sin que se exhiban sus vulnerabilidades.

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