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martes, 12 de junio de 2007

Despertar de las Conciencias


El cuerpo humano está surcado por la geografía de la diversidad. Obesos y delgados, atléticos y fláccidos integran una legión que por lo regular está extraviada en el confín de las rutinas. En los transportes públicos, en los oficios abrumados de tedio o en el territorio inhóspito de la vacuidad, esos individuos pasan por el tránsito cruel de las urbes donde la mayoría, excepto las celebridades, sobre todo las televisivas, navegamos en el tren del anonimato.

De pronto aparece una convocatoria extraña: un fotógrafo –prefiere que lo llamen artista– Spencer Tunick, hará una sesión de desnudo multitudinario en el Zócalo capitalino.

Muchos ignoran el propósito del creador estadounidense, otros han visto unas imágenes. El hecho es contundente: atreverse a compartir la mirada y la cercanía del cuerpo es establecer una paradoja: reconocerse a sí mismo y lograr esos vasos comunicantes con los convidados a ese festín de la carne, el vello, las cicatrices, los tatuajes, los piercings y la suma de lo que somos en nuestro exterior.

La conciencia surge de lo inmediato del asunto. Estar en medio de todo eso es encontrarse con un atisbo de la historia y verla a los ojos. Sentir esa libertad que evita las prendas y que muestra lo que, en la mayoría de los casos, sólo se exhibe en la intimidad, es parte de un descentramiento de los pudores y del conservadurismo.

La cita fue el domingo 6 de mayo en la plancha del Zócalo. La prensa tuvo que colocarse en plan de sardina en la terraza del hotel Majestic. Hubo que pelear palmo a palmo la posibilidad de encontrarse con el hecho insólito de esa sesión fotográfica excepcional. La madrugada tibia del día señalado fue oportuna para lo que ocurrió.

Tunick ha tomado imágenes de desnudos colectivos en países de Europa, América y Asia. Su arrogancia fue manifiesta. Una periodista quiso una instantánea con él y el rechazo fue definitivo. Apenas habló y espetó lugares comunes; las ideas estaban obnubiladas en su cerebro y su mejor escudo fue adoptar una actitud vanidosa y prepotente.

A la conferencia de prensa, luego de las fotos en el Zócalo, otorgó cinco minutos, que se convirtieron en tres y repitió su cantaleta: los desnudos carecen de erotismo y están lejos de ser pornografía. Por desgracia nadie traía un alfiler para desinflar al “artista” y obligarlo a dejar esas poses de Leonardo da Vinci con todo y Código.

La sesión de Tunick fue una especie de acción múltiple, que lo mismo le dio carácter contestatario al momento, que un hecho político; una fantasía liberadora o un acto bárbaro. Por cierto, que uno de los desplantes del fotógrafo fue totalmente estúpido. Mandó que los hombres se vistieran y reunió a las mujeres en otra parte del Zócalo. En ese instante, lo que de belleza había en la equidad se convirtió en espectáculo lúbrico para los varones. La agresión llegó por doquier.

El “artista” creyó en la omnipotencia y manipuló la “materia” a su antojo, sin darse cuenta de que la diferencia radical consistía en que trabajaba con personas. El incidente podría equiparse a una de las leyendas peruanas de Ricardo Palma donde aparece una cuestión sugerente. Un pintor, ante la incapacidad de que el hombre que le sirve de modelo de Cristo en la cruz consiga cierta expresión, comete un acto inconcebible: lo hiere de muerte para lograr el realismo que requiere para su cuadro. Así, Tunick prefirió romper el encanto de las tomas anteriores y se conformó con un acto de exaltación machista que era previsible.

Pasados los días, la experiencia de algunos participantes rebosa frescura y va a contrapelo de las fotografías de Tunick. Lo ocurrido el 6 de mayo desbordó la simple toma de las imágenes y se insertó en algo que se vivió de muchas maneras. Cierto que el pretexto tuvo destinatario y la recompensa será una fotografía, pero en realidad todo esto admite otras interpretaciones.
¿Qué buscaban esos madrugadores que llegaron de la fiesta del sábado que se prolongó hasta el domingo? ¿Qué deseaba esa muchacha solitaria que posó aun sin encontrar el respaldo de sus amigos? ¿Qué deseaba confirmar ese joven aspirante a cineasta y pintor que dejó a un lado los calzones y se entregó a las emociones de ese amanecer tan cargado de sensibilidades? ¿Qué quería esa señora de obsesiva obesidad que tiene un puesto de quesadillas por los rumbos de la calzada Zaragoza y que se liberó de la ropa? ¿Qué deseaba esa pareja joven que decidió sacar su intimidad a la plaza pública sin prejuicios?

¿Qué pasó a ese muchacho mirón que anhelaba poseer con la mirada a las participantes bellas y que se topó con un miembro empequeñecido por la inhibición y la contundencia de lo que observaba?
¿Cuál era el propósito del minusválido en una silla de ruedas y con calcetines que se enfrentó a la experiencia? ¿Cuál era el atisbo de esa profesora universitaria que reclamó su postura ante el aborto? ¿Qué era todo aquello que conmovía a los que estaban abajo y a los que registraban con libretas y cámaras de todo tipo desde la terraza del Majestic? Cada quien su propósito, cada quien sus fantasmas y cada quien su Tunick.

La experiencia colectiva tuvo esa calidad del deleite, de lo que hace del cuerpo humano una proposición distinta y complementaria y donde cabían el fisicoculturista, la aspirante a modelo, los chavos banda, los que ni siquiera recordaron que era mejor darse un bañito antes de la foto, los que sólo traían una bata y estaban ansiosos de desnudarse.
Fue un alfabeto de posibilidades en una ciudad que ha padecido las intolerancias de la derecha y los abusos de una iglesia que quiere recobrar los poderes del pasado.
El 6 de mayo es fecha histórica por el despertar de las conciencias, que lo mismo pueden tener una opinión política que entregarse a los goces del cuerpo desnudo al amanecer. Un buen principio.

Pánico en el Universal

No importa la experiencia, la lealtad a la empresa o la especialización. Los trabajadores hablan de que el “tsunami de la modernización” puesto en marcha por Juan Francisco Ealy Ortiz, presidente y director general de El Universal, lanza al desempleo a 317 trabajadores, reporteros,colaboradores, redactores, fotógrafos, personal de administración y talleres, seleccionados por el estigma de sumar diez o más años de antigüedad.

Relatan jefes de sección o funcionarios de la empresa que el desalojo masivo no se debe a una crisis económica, como la de El Financiero, sino al proyecto modernizador del periódico, los planes empresariales para invertir en televisión e Internet en un mercado donde los periódicos fortalecen su presencia en esos y otros ámbitos. Roberto Rock, vicepresidente y director general editorial explicó que “a la larga será benéfico” y que la empresa daría a conocer el 21 de mayo un comunicado, que nunca se emitió.

En su afán por deshacerse de sus trabajadores más leales y con más experiencia, Ealy Ortiz instruyó al abogado Ildefonso Martínez para que se convirtiera en verdugo. No sólo se les despoja del derecho constitucional al trabajo, sino que se les arrebata su fuente de ingreso para que engrosen el desempleo, contra el cual Felipe Calderón hizo su principal oferta electoral.

Varios periodistas aseguran que Martínez escamotea la antigüedad al entregar las liquidaciones. El representante de Juan Francisco Ealy presenta a los corridos “su renuncia”, para que la firmen y se les obliga a estampar la huella digital para que no haya problemas de autenticidad. Pero eso no es todo, las liquidaciones se prorrogan hasta ¡ocho pagos! Algunos decidieron demandar su reinstalación ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, como el columnista Francisco Cárdenas, a quien se le ofrece un millón de pesos pero demandará por tres millones. Otro caso es el de un grupo de trabajadores de talleres a quienes faltaban algunos años para jubilarse.

Guillermina Guillén, con 15 años en El Universal, de los cuales sólo le reconocen 13 afirma: “Se abusa de la lealtad de muchos trabajadores de larga trayectoria, a quienes se trata como limosneros”. En su caso, a pesar de que la llamaron el 30 de abril para informarle de su despido, le indicaron que se le liquidaría en ocho pagos, el primero de los cuales recibiría hasta después de tres semanas, el 25 de mayo, lo que no aceptó (hasta el cierre de esta edición).

El argumento del recorte que esgrimió el coordinador de Información de Sociedad y Justicia, Carlos Benavides, fue el “nuevo esquema” o “modernización tecnológica” que se aplicará en el periódico. A algunos reporteros ya se les estregaron cámaras fotográficas para que además de investigar, entrevistar y redactar puedan tomar fotos o video. Su información se utilizará para el servicio de Internet de El Universal, para la agencia de noticias Sun, El Universal Gráfico o el Eme, sin que por ello haya mejora salarial.
Recuerda Guillén que en octubre, durante la asamblea anual de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), de la cual Ealy Ortiz es vicepresidente, se habló de los derechos de los periodistas.“Es una vergüenza que Ealy defienda los derechos de los periodistas, mientras que esos derechos se violentan con los comunicadores de El Universal, un diario líder que acaba con sus cuadros”, agregó Guillén.

Los despidos alcanzaron a otros colaboradores de la sección cultural: Paco Ignacio Taibo, José Luis Cuevas, Martha Chapa, y Elvira García. Las dos últimas lamentaron la decisión de la empresa. La misma suerte corrieron Luis Javier Solana y el fotógrafo Marcial González. Otro reportero dijo a Zócalo que “ya no se cubren eventos los fines de semana, aunque se exige el envío de información, sin acudir al periódico para evitar el pago de la prima dominical. Durante esos días, la información de El Universal se toma de la agencia Notimex o de las estaciones de radio.

La atmósfera laboral en El Universal es de intranquilidad, zozobra e incertidumbre. “Hay pánico, no sabes cuándo te tocará”, dijo un encargado de sección. En su editorial del 26 de mayo, titulado “Prensa de AL, a dos fuegos”, los editores de El Gran Diario de México comentan que los medios de comunicación de la región “libran una batalla cotidiana contra el crimen organizado y los gobiernos legalmente instaurados”, pero con lo que ocurre ahora en Bucareli 8, diríamos que los periodistas, más que los medios, enfrentan no sólo aquellas dos batallas, sino tres, esta última contra la voracidad empresarial.

Embargan bienes a El Financiero

Duro golpe asestaron los trabajadores despedidos a su antiguo patrón El Financiero el 11 de mayo, cuando el actuario Ángel Sosa, de la Junta Especial Número Cinco del Distrito Federal embargó bienes muebles e inmuebles y derechos sobre el cabezal El Financiero que corresponden a El Financiero, SA de CV y El Financiero Comercial, SA de CV, a petición de los interesados. El monto es de tres millones 699 mil 125 pesos 20 centavos y la operación asegura bienes suficientes para garantizar la reinstalación, el pago de los salarios caídos, antigüedad, categorías y otras prestaciones que la empresa se negó a pagar.


–¿El embargo incluye las cuentas bancarias de la empresa?– se le pregunta al abogado laboral Jorge Olvera.
–No; lo que se embarga son sus bienes. En los embargos precautorios, no se pueden embargar cuentas bancarias porque la ley no permite que se impida el desarrollo normal de las actividades de las empresas por la importancia social que tienen, de tal manera que también hay que protegerlas. Se embargaron bienes muebles e inmuebles y el cabezal. Además, nos reservamos el derecho de solicitar el incremento de esta cautelar.

El embargo se practicó en el domicilio de la empresa. No dejaron entrar ni a la autoridad, ni a los trabajadores y sus representantes. Obstaculizaron el desarrollo de la diligencia; pero la ley autoriza que el embargo pueda practicarse desde la puerta. Llamaron a la policía, pero el actuario Ángel Sosa era quien tenía facultades para autorizar el uso de la fuerza pública a favor, no en contra, como pretendió la empresa.
–¿Es un aseguramiento?
–Sí, es un aseguramiento porque la empresa no afronta sus responsabilidades.
– ¿Qué sigue?
–La empresa está emplazada para que comparezca a defenderse y ahí tendrán que presentarse también los trabajadores. Las juntas de Conciliación y Arbitraje están autorizadas a patrocinar un advenimiento, una conciliación en el problema, a lo cual los trabajadores no se oponen porque lo marca la ley. La autoridad tiene la capacidad legal para determinar quién tiene la razón. Si la empresa tiene la razón, entonces se levantará el embargo precautorio. Si la resolución es favorable a los trabajadores, por la necedad de la empresa, entonces, en vez de un embargo precautorio se dará un embargo definitivo.
–¿Cuándo será la audiencia?
–El 1 de junio se efectuará una audiencia de conciliación, demanda, excepciones, ofrecimiento y presentación de pruebas en la Junta Número Cinco correspondiente al Tribunal del Trabajo del Distrito Federal.
–¿Cuál es el concepto de la demanda?
–La reinstalación, el pago de los salarios dejados de percibir, reconocimiento de la antigüedad, categorías y otras prestaciones.
–¿A cuántos trabajadores representa?
–A 14 por embargo precautorio, pero la demanda la conforman 17 personas.
–¿Cómo se originó el conflicto?
–Todo se inició porque mis clientes se negaron a firmar unos documentos que afectaban sus intereses, por lo que fueron despedidos injustamente el 28 de febrero pasado. (Redacción)


El actuario Ángel Sosa embargó bienes muebles e inmuebles y derechos sobre el cabezal El Financiero que corresponden a El Financiero, SA de CV y El Financiero Comercial, SA de CV, a petición de los interesados para garantizar créditos por tres millones 699 mil 125 pesos 20 centavos.