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sábado, 12 de mayo de 2007

Un defensor del televidente

Durante 57 años de existencia de la televisión comercial en México, no se conoce un solo caso de alguien que, molesto por los contenidos de la programación de la televisión comercial, o afectado en su honor o imagen por la probable manipulación de la información, haya tenido la oportunidad de manifestar su inconformidad frente a las cámaras, y que éstas trasmitan esas protestas.

Si no lo han podido lograr figuras de la política o del espectáculo, dañadas en su prestigio por los noticieros y los programas de chismes de la farándula, ¿qué expectativas tienen los ciudadanos que no cuentan con fama, poder o dinero?

Quienes han pretendido defenderse del daño provocado por esa manipulación informativa, se han topado con la venganza, soberbia e insolencia de Televisa y TV Azteca, y colocan al que protesta en la “lista negra” de los que nunca más serán invitados a sus espacios de pantalla.
Los empresarios de la televisión siempre han sido indiferentes a la creación del defensor del televidente. Esa indiferencia sólo es explicable por las complicidades gubernamentales con las que nació y ha crecido la televisión en México, y por la falta de rigor de las autoridades de Radio, Televisión y Cinematografía de la Secretaria de Gobernación para hacer posible el cumplimiento del derecho de réplica consagrado en el reglamento de Radio y Televisión.
Recordemos que, por ordenes del ex presidente Miguel Alemán se determinó que el modelo de televisión en México fuera el estadounidense. Frente a esa decisión, Salvador Novo viajó a Europa para estudiar y documentar que la televisión de la BBC de Londres era una opción que podría funcionar en nuestro país, si el gobierno estaba interesado en otorgar concesiones con objeto de que se creara una televisión con énfasis en la tarea social y si quería conservar autoridad sobre el espectro radioeléctrico.

Es evidente que el Estado no sólo no tomó las riendas del asunto, sino que las puso en manos de los dos grandes concesionarios.
Los resultados están a la vista. El Estado perdió fuerza, dominio y poder sobre el espectro radioeléctrico que concesionó, teóricamente por un tiempo específico y que no debió renovar a aquellos empresarios que no cumplieron lo que establece la Ley Federal de Radio y Televisión.
Uno de los mandatos no cumplidos es la creación de espacios para la réplica. Las televisoras no ven la necesidad de disculparse con el televidente ofendido; por la perversión del idioma español en boca de conductores y personajes de la pantalla; por la programación que alienta ignorancia, mediocridad, misoginia, homofobia, racismo y clasismo; por el amarillismo de los noticieros, la desinformación; o por la manipulación informativa donde se desprestigia a grupos y personas que exigen reivindicaciones sociales o denuncian decisiones gubernamentales.

Es cierto que el televidente siempre tendrá la opción de cambiar de canal o de apagar el televisor. Sí, pero la ofensa ya quedó, el daño es indeleble, y ninguno de los millones de anónimos afectados encuentran espacios para presentar su queja y que ésta sea difundida en la pantalla. Bueno, ni las llamadas telefónicas a los programas de opinión en vivo son consideradas importantes, ni los correos de voz, hoy muy de moda, que sólo difunden frases laudatorias a los programas y sus conductores.

Ante la actual inconformidad de los maestros por la aprobación de las reformas gubernamentales a la Ley del ISSSTE, los noticieros de televisión muestran insistentemente imágenes de los profesores tomando las calles; pero ningún noticiero comercial ha difundido las razones del enojo de los mentores. En esos “informativos” también escuchamos con frecuencia las airadas opiniones de automovilistas contra las marchas, pero en ninguno hemos visto versiones de los maestros que se sienten ofendidos por la mala imagen que la televisión promueve de ellos.

Hace falta un defensor del televidente. Una forma de acotar la influencia masiva de las televisoras sería a través de la creación del ombudsman de los medios. Cuando esto ocurra, no habrá duda de que estaremos frente al inicio de la búsqueda del equilibrio del poder mediático.
Por lo pronto, Canal 22, a propuesta de su nuevo director, Jorge Volpi, trabaja en la creación de ese defensor de la teleaudiencia. También lo hace el Consejo Consultivo del canal de televisión que será para el Distrito Federal. Actualmente este Consejo elabora con la Deutche-Welle –la televisón pública alemana– las directrices no sólo de la programación sino de la creación de un ombudsman del televidente.

Además, en aras de la transparencia y el diálogo, Canal 22 abrirá un espacio en su propia página online y en la pantalla, para que la audiencia se pueda quejar y sugerir programas. Ese segmento fungirá como una especie de procuraduría del televidente.
Si estos proyectos se hacen realidad y se consolidan, estaremos ante la primera televisora mexicana que inicie una comunicación horizontal y equitativa con su público. La pregunta que sigue es: ¿cuándo empezará la televisión privada a secundar este ejemplo?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

FSASEDFFFFF

Anónimo dijo...

XDFZS

Anónimo dijo...

ME GUSTA MAS TV AZTECA YO SOY DE COLOMBIA Y MUCHO CUIDADO CON LA NOVELA LA VIDA ES UNA RULETA QUE AQUI EN COLOMBIA SE LLAMA NUEVO RICO NUEVO POBRE Y ES TODO UN EXITO LA NUMERO UNO ES LA MEJOR

Anónimo dijo...

FELICITO A TV AZTECA LOS VEO POR CABLE ATT ANDRES MEDELLIN COLOMBIA A Y LES DIGO LA VIDA ES UNA RULETA SE TRATA DE HOMBRE RICO Y EL OTRO ES POBRE Y LES TOCA CAMBIAR DE VIDA HOJALA Y TENGAN EL MISMO EXITO ADIOSSSSSSSSSS

Anónimo dijo...

YA ES HORA DE SENTAR RECHAZO ANTE ESTAS COSAS

Que buen escrito, por Nuestro Pais y la cultura de COLOMBIA



NO MAS NARCO-NOVELAS, NARCO-SERIES Y NARCO-PELICULAS, NO MAS

NARCO-TELEVIDENTES.


"LA VIRGEN DE LOS SICARIOS", "LA VENDEDORA DE ROSAS", "MARIA LLENA ERES DE GRACIA", "SIN TETAS NO HAY PARAISO", "EL CARTEL DE LOS SAPOS", "SOÑAR NO CUESTA NADA", "LOS PROTEGIDOS", "LA VIUDA DE LA MAFIA", "PANDILLAS, GUERRA Y PAZ", "EL CAPO", "LAS MUÑECAS DE LA MAFIA" entre otras porquerías, han servido de reafirmante y de estimulante para que ante el resto del mundo Colombia sea visto como un nido de ratas, y por ende que los colombianos que viven en el extranjero sean discriminados, marginados, maltratados, agredidos moral y físicamente, mirados como personas que son un peligro para quienes los rodean, por las supuestas "mañas", malas costumbres y negocios raros que al parecer todo colombiano lleva consigo. Estas producciones antes mencionadas, han sido hechas con el pretexto de "mostrar nuestra realidad". Esa no es la razón que los motiva, lo único que quieren es llenarse los bolsillos a costa del deterioro de la dignidad y la reputación de nuestro país, porque saben el morbo de los extranjeros y de muchos colombianos por ver todas esas situaciones ficticias basadas en una situación negativa del país, que los distrae y los llena de emociones fuertes... Venden unas historias disfrazadas con mentiras que son "balazos" para la publicidad de Colombia ante el concierto internacional.